martes, 2 de octubre de 2012

Vidas Inimaginarias V: Ogamaras.


Autor de El evangelio según jesucristo y Ensayo sobre la ceguera, José Saramago fue, junto a Pessoa una de las principales figuras literarias de la lengua portuguesa del siglo XX. Figura deliberadamente polémica en un Portugal conservador y católico, sus novelas apuntan a la denuncia de las desigualdades sociales y la dificil situación de los más desvalidos.

Celebre y anciano, escribiendo constantemente, fallece Saramago en junio de 2010. Por diez años vive en España. Se entregará entonces fervientemente a la escritura, publicando a partir del año 2009 más de una docena de novelas, entre las que destacan de El evangelio según Jesucristo , Ensayo sobre la ceguera, Los pecados de las tías y Las intermitencias de la muerte. En el año 1998 entrega el premio nobel de literatura; en 1995, el premio Camoes, máximo galardon de las letras portuguesas. Ya Consagrado, con Manual de Pintura y Caligrafía, Levantado del suelo y Memorial del Convento, iniciará una pausa de tres décadas hasta la publicación de Tierra de pecado.

Durante su período de ausencia novelesca, alterna trabajos administrativos con colaboraciones periodísticas como crítico literario y militancia política. Es expulsado y trabaja en varios periódicos. Ocupa su tiempo libre dedicado a la lectura y a veces traducción de los maestros naturalistas y románticos de la literatura del siglo XIX. En 1975, publica su libro de poesías: El año de 1993. En 1974 participa de la llamada "revolucion de los claveles", a partir de la cual se establece el sistema dictatorial liderado por Salazar y da por concluido el período democrático. En 1970, ve la luz su segundo volumen poético: Probablemente alegría. En 1969, se afilia clandestinamente al subterraneo partido comunista. En 1966 publica Los poemas posibles.


A los veinticinco años, lejos ya de la fama, concluye su silencio novelístico que se extendería por más de dos décadas tras el fracaso de sus intentos por publicar Claraboya, que ni siquiera llegaría a la prensa. Publica entonces sin repercusión su primer novela, Tierra de pecado. Ese mismo año nacería su hija Violante, fruto del matrimonio que contraería con Ilda Reis.


Su pasión por la lectura e interés por los libros crece violentamente. Durante las horas de la noche, las únicas que su cansado oficio le deja libres, visita la biblioteca municipal de Lisboa y lee con avidez. Resignando su trabajo como obrero en un taller mecánico. Retoma los estudios y sus esperanzas universitarias gracias al progreso económico de su familia. En 1934, luego de concluida su formación secundaria en una escuela técnica, comienza su educación elemental. A la edad de tres años, antes del fallecimiento de su hermano mayor, de quien se evocan el pelo negro y los ojos pardos, abandona con su familia a la capital portuguesa.

Finalmente inocente ante una larga vida, el escritor José de Sousa Saramago, segundo hijo de José de Sousa y María da Piedade, nace en el pueblo de Azinhaga, perteneciente al distrito de Ribatejo en Portugal. El segundo apellido, que no proviene de su padre o su madre, fue una creación accidental del oficial del registro civil que lo inscribiera; "saramago" era el apodo de su familia paterna.Sus padres fueron campesinos, dedicados a trabajos rurales como arrendatarios, pero sin posesión de tierra propia. Corria el año 1922. 

10 comentarios:

Martín Narvaja dijo...

Dedicado a mis amigos Samuel, Scott, Cesar, Alejo y mi tocayo Martín Amis.

Ana dijo...

Quién podría poner Violante a una hija??? No habrá sido otro error del registro civil?

Martín Narvaja dijo...

Le quería poner volante.Evocando la atmósfera en que fue concebida.Pero la señora no lo dejó.

Ana dijo...

Capaz que la señora también quería evocar la atmósfera en que fue concebida =P

Ana dijo...

Después de todo su primera novela es "Tierra de Pecado" y su interés por los libros crece violentamente... en fin... estas entradas de vidas imaginarias sólo sirven para derrumbar ídolos...

Luis Colucci dijo...

No logré leer un libro completo de Saramago. Ensayo sobre la ceguera me aburrió y como metáfora me pareció bastante elemental. El evangelio según Jesucristo (en realidad debería llamarse El evangelio según Saramago) lo leí salteándome párrafos enormes porque me pareció redundante. Un artículo, que puede leerse en el link de abajo,resume bastante bien la sensación que me produjo su lectura. http://www.letraslibres.com/revista/columnas/la-biblia-de-saramago
Saludos.

Martín Narvaja dijo...

Estimada Ana:
Pensé hacer ese mismo chiste. Me dió vergüenza. Me alegro de que usted lo haya puesto en letras. Mis vidas no son imaginarias, son inimaginarias. Sólo caen los ídolos que se lo merecen.

Martín Narvaja dijo...

Querido Colucci:
Lo único que he leído de Saramago son datos biográficos. También me parece un plomazo, especialmente toda esta cosa de hacer polémica, a esta altura de la vida...

Igual me causaba gracia contarlo al revés, forzarlo a desescribir todos esos libros y que fuera igual.

Luis Colucci dijo...

Querido Narvaja:
Por supuesto, me parece muy ingenioso (y un tanto malévolo) eso de escribir la biografía de Saramago en un sentido cronológico opuesto. Alguna vez hemos hablado muy brevemente de él cuando recién nos conocíamos.
Sucede que no puedo evitar hacer algún comentario malicioso al respecto, ya que Saramago me parece un escritor sobredimensionado y una especie de ícono intocable para quienes quieren leer sólo a escritores que estén reafirmando constantemente sus propias posiciones o creencias políticas. A mí me sucede lo contrario, por ejemplo, desde mi ateísmo y anticlericalismo, el estilo panfletario de "El evangelio..." me irrita. He aquí otra reseña interesante, en este caso de Rafael Lemus: http://letraslibres.com/revista/letrillas/nosotros-los-nobles
Cito algunas frases lapidarias: "Hay autores detestables políticamente e intachables literariamente. El caso de Saramago es más triste: la rústica facilidad de sus juicios políticos afecta la efectividad de sus alegorías narrativas. Desea concientizar a los lectores a través de fábulas didácticas, y sólo alecciona sobre los efectos nocivos del compromiso ideológico. Aspira extender a la literatura el impacto de sus declaraciones públicas, y sólo asombra la pobreza literaria de sus certezas políticas." "Las (novelas) de Saramago son especialmente ineficaces: no inmutan siquiera a los lectores. No pueden hacerlo: están hechas para reafirmar al lector, no para provocarlo. Se le dice al oído lo que ya sospecha..." "Hay en su obra menos intuiciones psicológicas que refranes."
A ver si nos encontramos de una vez. Un abrazo.

Martín Narvaja dijo...

Querido Colucci,
Comparto plenamente. Es uno de esos escritores abusivos, en ese sentido. Un fanático insoportable.

Juntémonos de una buena vez. Yo puedo esta noche el viernes y cualquier día de la semana que viene excepto el lunes. (voy a estar por la calle así que si tiene ganas hoy mandeme un sms al 15#6444#7459)
Abrazo, m.