Grande fue la sorpresa cuando, en un descuido, lo vieron conversando en perfecto coreano. Días más tarde, en el mercado norte, discutía fervorosamente la fecha de expiración de media docena de huevos rojos en lo que parecía ser chino cantonés.
Cuando con total naturalidad pidió la adición en el restaurante armenio del que era habitué en árabe y con el acento preciso y seco de un habitante del nordeste del Líbano, ya casi nadie le prestaba atención. Fue entonces cuando sus amigos e íntimos notaron lo poco que lo conocían.
La última vez que lo vieron, departía con tres ornitorrincos haciendo unos gestos muy graciosos con la boca, frunciendo los labios, simulando un piquito y poniéndose bizco.
Algunos dicen que se elevó a un grado superior de sabiduría. Otros, que se hizo apostador y gano fortunas con el prode. No faltaron quienes dijeron que era cornudo.
Le gustaban los días de lluvia y tenía un perro con una mancha negra alrededor de un ojo , su nombre era guitarrita. Cuando leía filosofía utilizaba postales de santos alusivos como marcapáginas (se halló una de Sta Rita en un libro de Meinong y una de Judas Tadeo en la Enquiry de Hume). Ésto es todo lo que se sabe de él.
En ciertas culturas precolombinas lo hubieran identificado como Huitchlihuascatlipochtl. En el pueblo Laguna, conocido también como Bragado, de donde era oriundo, lo llamaban "el Esteban".
Cuando con total naturalidad pidió la adición en el restaurante armenio del que era habitué en árabe y con el acento preciso y seco de un habitante del nordeste del Líbano, ya casi nadie le prestaba atención. Fue entonces cuando sus amigos e íntimos notaron lo poco que lo conocían.
La última vez que lo vieron, departía con tres ornitorrincos haciendo unos gestos muy graciosos con la boca, frunciendo los labios, simulando un piquito y poniéndose bizco.
Algunos dicen que se elevó a un grado superior de sabiduría. Otros, que se hizo apostador y gano fortunas con el prode. No faltaron quienes dijeron que era cornudo.
Le gustaban los días de lluvia y tenía un perro con una mancha negra alrededor de un ojo , su nombre era guitarrita. Cuando leía filosofía utilizaba postales de santos alusivos como marcapáginas (se halló una de Sta Rita en un libro de Meinong y una de Judas Tadeo en la Enquiry de Hume). Ésto es todo lo que se sabe de él.
En ciertas culturas precolombinas lo hubieran identificado como Huitchlihuascatlipochtl. En el pueblo Laguna, conocido también como Bragado, de donde era oriundo, lo llamaban "el Esteban".
3 comentarios:
clap clap. me encantó.
son de esos amigos de los que todo el mundo se vanagloria, pero que en la intimidad incomodan más de lo que quisiéramos admitir.
Bien podría haberse llamado Zelig
Muy Estimado RS:
Es cierto! Tiene razón. No me di cuenta al escribirlo pero algo de eso hay...
Estimada mmm:
Muchas gracias. Yo sospecho que para el esteban la cosa también fue sorpresiva y que él se incomodaba a si mismo también (aunque puede ser que no). En todo caso, amigos así son buenos para presentar a terceros.
[le cuento una infidencia: al principio la entrada se iba a llamar "Políglota" y el esteban iba a ser "el rubén"; finalmente, las cosas fueron como ya sabemos].
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