sábado, 13 de diciembre de 2008

Sobre el polémico mapamundi de Arno Peters reloaded

Hace unos años, conversando con una persona que había virado de la izquierda al nac & pop, recibí el siguiente comentario:
"Cuando era joven me gustaban Los Beatles, pero después descubrí que eran un instrumento del imperialismo y dejé de escucharlos; aunque como músicos son muy buenos."
Lo primero que me vino a la mente es si es posible que alguien, al descubrir tardía y repentinamente que algo que lo atrapó y lo emocionó está aparentemente financiado por personas que persiguen algún oscuro interés, sienta de pronto desagrado, odio y desprecio por aquello. Al margen de que eso de "instrumentos del imperialismo" es algo un tanto más complejo y, por lo menos, discutible.
Por otro lado, si debiéramos limitarnos a escuchar música, ver cine o leer libros no sospechados de ser compuestos, escritos, producidos, editados y/o publicados por artistas y/o empresas que buscan beneficiarse económicamente e influir sobre el gusto y/o pensamiento de la gente, leer, escuchar música o ver una película nos sería una tarea casi imposible. Y, además, nuestra cultura y nuestra capacidad crítica resultarían un tanto limitadas.
Pienso que el arte nos sirve para estimular la emoción, el goce y la actividad intelectual; y esto es lo que, supongo, deberíamos tener en cuenta a la hora de elegir un libro, un disco o una película. Lo cierto es que si tuviéramos que prescindir de aquellas cosas que sospechamos son movidas o manipuladas por oscuros personajes que persiguen intereses perversos, deberíamos prescindir entonces de la energía eléctrica, los combustibles o los medicamentos, ya que la mayoría de las empresas que los producen son multinacionales, extranjeras y sólo persiguen el lucro desmedido. La verdad es que sin luz, gas, petróleo o medicamentos, por sólo nombrar unas pocas cosas, la vida se volvería un tanto complicada.
Lamentablemente, las cosas más obvias pasan de largo a los desprevenidos, que son víctima de los tontos o malintencionados. En la entrada de Martín Narvaja sobre Arno Peters y su abominable mapamundi bien se explicaba que Peters condenaba la proyección Mercator por considerarla eurocéntrica, ya que la distorsión (inevitable) de la superficie del globo al ser llevada al plano, presentaba un agrandamiento polar y daba una idea errónea del tamaño de diversos países, perjudicando la imágen del tercer mundo. Sin embargo, la proyección Mercator se impuso y se sigue utilizando. El éxito se debe, no al imperialismo, el eurocentrismo, el neoliberalismo y otros ismos, sino a que es muy útil para la navegación.:
"El éxito de la proyección de Mercator se debe a que cualquier línea recta que se trace marca el rumbo real, con lo cual se puede navegar siguiendo con la brújula el ángulo que se marca en el mapa."
Cita tomada de la Enciclopedia Libre Universal en Español, que se puede ver en su contextooriginal en el siguiente link:

http://enciclopedia.us.es/index.php/Proyecci%C3%B3n_de_Mercator

Claro, algún paranoico dirá que de detrás eso hay una maniobra del imperialismo, pero lo cierto es que el mapa funciona. No voy a detenerme en las dificultades que presenta la proyección de la superficie de una esfera sobre un plano, ni acerca de la veracidad o falsedad de una representación, cosas que fueron perfectamente desarrolladas por Narvaja en la entrada ya mencionada. Puedo agregar, sí, que los territorios más "beneficiados" (si es que una mayor superficie en el mapa constituye un beneficio en sí mismo o la posibilidad de obtenerlo a través de ella) por la proyección Mercator no son precisamente los sud-europeos o centro-europeos, sino más bien Canadá, la región de Alaska, la isla de Groenlandia, Escandinavia, Rusia y la Antártida. Si, la Antártida. Véase el siguiente mapa completo de la proyección:

http://www.mgaqua.net/AquaDoc/Projections/img/Mercator.jpg

Claro que, para evitar territorios de menor interés (la Antártida, que ocupa una gran área en la Mercator, es poco útil para los escolares) es común utilizar la versión incompleta, que algunos malintencionados difunden como la completa para dar "sustento" a sus teorías. Hela aquí:

http://www.claymoreclan-design.com/assets/images/mercator.gif

Puestas así las cosas, entonces podemos ver cómo algunos trasnochados en vez de explicar que el hambre, la exclusión y el imperialismo son consecuencia de políticas perversas, a través de documentos sólidos y argumentos lógicos, utilizan discursos absurdos y llegan a mentir, diciendo que en la mencionada proyección el hemisferio sur ocupa sólo un tercio del mapa. Véase:

http://www.imaginario.org.ar/imago/euromapa.htm

Existen numerosas razones para oponerse a la explotación del hombre por el hombre, a la miseria y a la injusticia, pero flaco favor le hacen los tontos a los vivos de siempre que aprovechan sus tonterías, errores, estrecheces y falacias para descalificarlos. Sería bueno empezar a utilizar argumentos contundentes, que sobran, para denunciar y oponerse a la injusticia y la desigualdad y dejar de ver conspiraciones donde no las hay.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No es una postura fácil de sostener la tuya:
primero por una razón más bien filosófica, el peligro que caer en un relativismo absoluto, lo cual, en la vida cotidiana, tiene efectos no muy constructivos,
y segundo, por un motivo más bien social, que es la connotación peyorativa que tiene cualquier intento de pensar algo que incluya algún grado de condecendencia con el denominado y repudiado "imperialismo yanqui".
Mucho para decir. Me limito a comentarte que me gustó tu post, y que estoy de acuerdo en gran parte. Es para seguir desarrollando, no?

Luis Colucci dijo...

Gracias por su comentario, señor/a anónimo/a. No estaría mal que abandonara el anonimato, después de todo, este es un espacio para escribir, pensar y discutir sin presiones ni malas intenciones.
Sé que el tema da para desarrollarse mucho más de lo que yo lo hice en la entrada, pero invito a hacerlo a quien tenga algo para decir.
Creo que está demás aclarar que me opongo al imperialismo, así como a la explotación, a la discriminación sexual y al racismo. Del mismo modo, estoy en contra del relativismo absoluto (e incluso tal vez del no tan absoluto.) Sólo que me resulta antipática la postura de algunos que antes de permitirse leer tal o cual cosa, necesitan saber el país de orígen, el color, la filiación política o el equipo de fútbol del escritor. Puedo leer a algunos escritores cuyas posturas políticas se encuentran muy lejos de las mías (Borges y Céline, por ejemplo) y dsfrutar de su lectura sin que por ello tambaleen ciertas convicciones (que son más bien pocas) que tengo a la hora de posicionarme en cuanto a determinadas cuestiones políticas y sociales.
Con respecto a lo de la Proyección Mercator (que, insisto, me resulta molesta por su inevitable desproporción y porque la considero antiestética), creo que ha sido desarrollada por una cuestión meramente práctica. Ir más lejos sería buscarle la quinta pata al gato, si me perdona el lugar común.
Saludos.

M. Cortés Garabaglia dijo...

Señor don Luis, no posría etar más de acuerdo con usted.
Me ha hecho acordar de una carta (pública, en un diario, creo) que le manda Jauretche a la "izquierda progre sociológica" y a Martinez Estrada, el que sostiene el influjo de "la pampa" y la nacionalidad como causa sociológica del mal, siguiendo la linea mítica del determinismo social de las razas o el clima (ambos sotenidos por Sarmiento, el primero) o por las condiciones de producción (defendida por Marx y alberdi).
Jauretche le dice, usted quiere hacer historia basándose en quése yo del clima , del espíritu de la pampa o qué sé yo. Yo digo que hagamos hsiotira como se hace en los paises serios, viendo cuáles son los hechos, cuáles los inetereses detrás y quiénes los beneficiados.