martes, 9 de abril de 2013

Un año sin Tinelli

Este año  Marcelo Tinelli estará fuera de las pantallas televisivas, al menos como conductor. Definitivamente sería banal calificar a el hecho de desgracia, especialmente después de una semana en la que el agua ahogó las vidas de más de  medio centenar de personas. Pero Tinelli es uno de los últimos conductores televisivos masivos que dice cosas como "si fuera..." en lugar de "si sería..." y pronuncia las eses al final de las palabras. 

De todo lo criticable que hay en su programa, como la  indefendible  parte que juegan las mujeres y las objetables mujeres que las desempeñan con un physique y un âme du rol sospechosos, no es autor. Marce es heredero de la más marginal, para la historiografía solemne y pacata de los Mariano Grondona del mundo hispanoparlante, tradición grecolatina. Lectores memoriosos recordarán que hace algunos años ( http://sindudamente.blogspot.com.ar/2009/05/sobre-la-humanidad-que-existe-y-es.html ) traté de convencer a algunos lectores de que nuestra cultura actual no es tan decadente. Sin ningún éxito. 

Retomemos. Uno se indigna por el humor agresivo de un Yayo, que puede decir cosas como: "Mi corazón por ti, muchacha de tristes ojos, late, late y late. Si me tirás la goma de compro un chocolate" o "Mendoza es su cordillera, la Pampa tiene el ombú, de tu zanja tucumana desea el agua mi ñandú".  Vulgares ejemplos de un humor pueril. Sin embargo, no son muy distintos los fragmentos conservados de los adoradores del culto de Príapo (siglo II ac.). Por ejemplo, el fragmento 10 afirma: "¿De qué te ríes estúpida muchacha? No me hizo Praxíteles, Ni Escopas, ni me pulió la mano de Fidias (célebres escultores griegos), sino que un campesino desbastó un informe leño y me dijo "Sé priapo." Tu, sin embargo ríes ante mi vista. Sin duda te parece salada y tentadora  está columna que se yergue rígida en mis inglés." o sus advertencias a ladrones "Si a robar viniesen una mujer, un hombre y un muchacho, que aquélla presente su concha, aquél  su boca y éste sus nalgas". En el que destacan el uso de "aquélla, éste y áquel" hoy evidentemente censurado por los educadores contemporáneos. 

En cuanto al rol de las mujeres. La historia nos llena de ejemplos del desprecio al que han sido objeto. Montaigne en su ensayo "Tres buenas mujeres" enumera tres ejemplos de la virtud cardinal en la mujer: suicidarse a la muerte del marido con consignas como "Paete non dolet".  Lao Tse, el sabio filósofo chino habló de la complementariedad de la pareja y de la perfección de su unión en estos términos: "En la pareja se constituye por y para el hombre su  mujer  una unión perfecta. Éste aporta el juicio, el intelecto, el orden, las artes, la fortuna y la fuerza del trabajo en tanto aquélla puede barrer los pisos, cocinar y cuidar de los niños."

Siempre ha habido claro mujeres de mala vida que sacan ventaja asumiendo la triste condición que la sociedad les otorga, gatos. Alcifrón glosa en sus cartas de cortesanas una recibida por Critón, aquel discípulo de Sócrates con quien discutieran sobre la virtud. Filúmene le escribía: "Por qué razón te atormentas a ti mismo escribiéndome tanto. Lo que necesito son cincuenta  monedas de oro y nada de cartas. Por tanto, si me amas, dámelas. Si amas mś a tu dinero, no me molestes. Adiós." 

Por supuesto, siempre ha habido viejos desagradables que pretenden por su fama y poder abusar de muchachas jóvenes. Esto nos relata Leontión en una carta a Lamía en referencia al ultra famoso filósofo Epicuro  "Para mi no hay nada más desagradable que un viejo que se las da de joven... Epicuro es así... Y ni que fuera un Adonis- está cerca de los ochenta años- yo podría soportarlo porque está lleno de piojos, achacoso y cubierto siempre de un vestido peludo con mal olor ¿durante cuánto tiempo puede soportarse la cercanía de semejante filósofo, este asediador de cabellos blancos?."

Ignoro cuál habrá sido la razón de imbecilidad y la chabacanería entre los antiguos (quizás no hubiera un motivo particular).  Pero pese a la selección y deliberada reproducción de las "mejores" cosas, se han perdido prácticamente todas las tragedias. De las más de setenta atribuidas a Sóflocles se conservan apenas Edipo rey  y otra media docena (contando la incompleta sátira Los sabuesos). Y pese a toda la destrucción se han conservado fragmentos como éste de Escordosfrantes a Méridas (dos acaudalados ignotos) : ¡Por Heracles, cuánto he tenido que frotar con jabón y sosa de Calastra (una especie de "Camellito o Trenet") para limpiar la mancha de salsa que fue derramada ayer encima de mi..."

La conclusión podría ser aquí una cita de Cambalache de Discepolo. Pero ese no es el punto que me parece fundamental. Lo central es la impresión de que la imbecilidad, lo vulgar y los prejuicios y tonteras de una época, se abren paso hacia el futuro como ruinas difíciles de erradicar. Y en consecuencia, que quizás no debería festejarse la erradicación de cualquier cosa mala por igual. Porque hay grados en lo malo como los hay en lo bueno. Porque nunca estaremos exentos del todo de prejuicios e inteligencias menores. Lamento este año sin Tinelli, porque sospecho que lo que ocupará esas horas contiene prejuicios más prejuiciosos y banalidades más banales. 

Dale que va. He dicho.

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