Autor
de Paris era una fiesta, Adios a las armas
y El viejo y el mar, ganador del premio nobel de literatura, soldado,
corresponsal de guerra, gran amante y cuatro veces marido, Ernest
Hemingway fue un autor cuyas ideas y acciones se entrelazan en el
retrato de los principales sucesos de la primera mitad del siglo XX.
Escritor de gran talento, destacan en su obra los diálogos, de
naturalidad insuperable y su capacidad para sugerir sin mostrar,
manifiesta especialmente en sus relatos.
Nombrado
en honor a su abuelo Materno, Ernest Miller Hemingway nació en Oak
Park, suburbio de la ciudad de Chicago el 21 de julio del último año
del siglo XIX. Sus padres Clarence Edmonds y Grace Hall Hemingway
practicaban profesionalmente la medicina y la música. La familia
tenía una casa de veraneo a orillas del lago Walloon, Michigan.
Allí, junto a su hermana Marcelline tendría Hemingway sus primeras
experiencias en la naturaleza.
Durante
sus años de colegio, practicó toda clase de deportes, incluyendo el
boxeo. Por ese entonces, tomó su primer curso de periodismo. En 1916
publica su primer artículo en el periódico de su colegio, seguido
de otros sobre música y deportes. Esas primeras experiencias como
periodista serían cruciales en su posterior creación. Luego del
colegio prefirió colaborar en el periódico Kansas City Star a
continuar con sus estudios.
Al
estallar la primera guerra mundial, intentó fallidamente alistarse
como voluntario, logrando finalmente ser admitido como conductor de
ambulancias para la Cruz Roja en 1918. Ese mismo año fue seriamente
herido en el frente italiano. De sus experiencias en aquella guerra
surgirían dos novelas: Adios a las armas y Muerte en la tarde.
Luego
de contraer su primer matrimonio y una breve estadía en su país
natal, fue contratado como corresponsal europeo para el Toronto Star,
lo que le permitió regresar a Europa. Ya instalado en París, donde
declaró haber sido “muy pobre y muy feliz”, entró en contacto
con la llamada “generación perdida”, de la que formaría parte
junto a Scott Fitzgerald. Trabajando en la librería Shakespeare &
Co. conoce a Ezra Pound, quien le presentaría a Joyce. Conocería
también a artistas verdaderos como Picasso, Miró y Gris. Paris era
una fiesta, su última obra retrata las experiencias de aquellos
años.
En 1923
visita España por vez primera, quedando fascinado por las corridas
de toros. Luego de su primer divorcio, vuelve a casarse en 1927 con
Pauline Pfeiffer con quien posteriormente, al quedar ella embarazada,
se mudaría a Key West.
Contratado
como reportero de guerra, viaja a España en 1937, donde permanece,
salvo un pequeño intervalo, por el resto de la guerra civil. Allí,
presencia la batalla del Ebro. La quinta
columna está basada en sus experiencias españolas. Por entonces
conocería a su tercer esposa con la que contraería matrimonio en
1940.
Durante
la segunda guerra mundial, tras fracasar en el intento de hacerse
corsario en el caribe comandando un barco pesquero con dos
ametralladoras calibre 40, también como corresponsal de guerra, se
vio inmiscuido en diversos problemas intentando liderar una milicia
de resitencia francesa, siendo por ello condecorado en 1947.
En
1953 es premiado con el premio nobel por la obra El
viejo y el mar. Sus últimos años los pasó en Ketchum, Idaho,
donde, enfermo de cancer, acabó con su vida de un escopetazo.
Cada
año en Key West, Estados Unidos, se realiza un concurso
de dobles del autor de La quinta columna. El escritor catalán
Enrique Vila-Matas, admirador del americano, participó de tal
concurso. Fue descalificado.
8 comentarios:
¿Tenía alguna necesidad de casarse antes de escribir un nuevo libro?
Excelente pregunta.
Como observaría Hume sobre la causalidad, sólo vemos sucesiones de cosas, cuando estas son regulares, inferimos necesidad...
Por eso Hume es un pésimo empirista...
Como diría Spinoza, todo lo posible es necesario...
Al margen, muy buen blog!
Como diría Perón: para un spinozista no hay mejor que otro espinozista. Lamentablemente no hay dos, así que el espinozista debe conformarse. Igual, si es espinozista de perón y evita, se conforma al movimiento.
Muchas gracias anónimo!
Lo citaste a Perón? Fin de la guerra de citas.
Nos conformaremos al movimiento... enemigo acérrimo de la necesidad y del matrimonio (para conectar con la idea prima).
Anónima anónimo:
¡Sí al movimiento! Que tan necesario es.
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