jueves, 12 de julio de 2012

Vidas inimaginarias II: James Joyce


Autor del Ulises, Joyce fue catalogado invariablemente como un escritor de excepción. En su gran novela épica, que relata un sólo día en la vida de Dublin, practica los estilos más diversos jugando deliberadamente con la forma y los límites de la novela como género. La originalidad de su obra y su carácter experimental la hacen compleja a un punto extremo. Genial a veces, en sus últimos años, su  complejidad adquiere el sello del caos más burocrático como muestra su Finnegans Wake, de infeliz lectura.

James Joyce, nace en Dublin en el año 1882. De familia católica, fue el mayor de diez hermanos. De sus primeros años, destacan unos pocos episodios que constituirían rasgos significativos en su obra posterior: el pavor a los perros, debido a un ataque, el temor a las tormentas, sin causa directa, su adicción a las malas palabras y los retruecanos verbales, que le merecerían sanciones escolares, y su vocación literaria, manifiesta en su primer poema escrito a los nueve años. En 1893 comenzarían sus problemas económicos, debidos al alcoholismo y la prodigalidad con que su padre manejaba las finanzas familiares.
Educado en colegios Jesuitas, primero Clongowes Wood y luego en el Belvedere College, Joyce manifestó una inteligencia particular y un carácter tímido. Durante aquel período, lee a los principales autores ingleses: Dickens, Walter Scott, Swift, Byron,Yeats y Hardy. Estimulado por la alta estima en que tenía a su propio talento y su avidez de literaria, se matricula en 1898 en el University College de Dublin como estudiante de lenguas modernas. Dos años más tarde publicaría su primer ensayo, dedicado a la obra de Ibsen.
Tras su graduación y siguiendo el consejo de Yeats a quien había conocido recientemente, decide instalarse en París para estudiar medicina. Debido a la penosa situación financiera de su familia se ve en la obligación de trabajar como periodista y docente a riesgo de pasar hambre. Regresa a Dublin a causa de la enfermedad de su madre, quien fallece en 1904. Ese mismo año contrae matrimonio con Norah Healy. Ese mismo año intenta publicar sin éxito su Retrato del artista adolescente.
Poco más tarde, decidido a abandonar su patria junto a su esposa, se entrega a la empresa de escribir una gran obra “con las tres armas que me quedan: el silencio, el destierro y la sutileza”, según declarara. En 1905 nace su primer hijo, en la ciudad de Pola, hoy Croacia, donde se desempeñaba como docente. Necesitando un ingreso extra induce bajo falsos pretextos a su hermano a reunírsele allí. 
En 1909 intenta publicar Dublineses. Su editor, George Roberts no está deacuerdo con ello debido a la entonces polémica temática de algunos de sus relatos. La pugna continúa hasta 1914, año en que, con otro editor, consigue sacar la obra a la Luz.
Durante la guerra, mientras europa se aniquilaba (no sin gloria, diría Borges), Joyce se dedicó a la composición de su obra maestra, El ulises, retrato perfecto y atípico de un único día dublinés: el 16 de junio de 1904. Su prosa no tiene par. Su estructura, caótica en apariencia, responde a un conjunto de leyes que, se asegura, existen. Esa obra gana la fama definitiva a su autor.
Su obra posterior, publicada bajo el título Finnegans Wake, que no lograría igualar el éxito de Ulises, profundiza el tono experimental, es aun más caótica y de lectura ardua. Tras el duro recibimiento que le brinda la crítica, alcoholico, sucio, ciego y sin amigos, muere en Zurich en 1941 como consecuencia de una operación de úlcera. 
Los fanáticos de Joyce celebran cada 16 de junio el “día de Bloom” con lecturas publicas del Ulises. En Dublin, la celebración incluye caminatas siguiendo el mítico recorrido amenizado por abundante cerveza, la venta de camisetas y bigotes postizos.

2 comentarios:

Vanesa F. dijo...

Que triste el final de la vida de este hombre.Murió en completa soledad.Qué paso con su familia?.

Martín Narvaja dijo...

Estimada Vanesa:

Ni idea, pero seguro estuvieron mejor sin él.

Saludos, M.