jueves, 1 de abril de 2010

J. S. Mill, previsor.

Anota John Stuart Mill en su diario con fecha 9 de marzo de 1854:

"Lo característico de Alemania es la ciencia sin pensamiento; de Francia, pensamiento sin ciencia; de Inglaterra ninguna de las dos cosas.
Los alemanes, ciertamente, intentan producir pensamiento; pero su pensamiento es peor que ninguno. Los ingleses, salvo raras excepciones, nunca lo intentan. Los franceses están tan acostubrados a él, que aquellos que no pueden pensar en absoluto vierten los resultados de su no-pensamiento en las formas del pensamiento"

Bien podría haberlo escrito en 1954, 1984 o ayer. Y si alguien que opina distinto, que se arremangue y me espere afuera que, como buen argentino, tengo los puños llenos de razones.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué interesante, qupè erudiciòn, qué maravilloso, es J S Mill. Ustedes son unos ladrones.

Rubén dijo...

Lo de los franceses me parece lo más acertado; lo de los ingleses discutible; lo de los alemanes completamente desafortunado. Soy fan de Mill, pero creo que la ironía no era lo suyo.

Luis Colucci dijo...

Lo característico de Argentina: gritos,insultos y piñas sin ciencia ni pensamiento.
Discutible lo de Mill, pero lúcido y simpático.
Saludos.

Martín Narvaja dijo...

Es discutible, sí. Pero esa es la naturaleza de la materia, que no es otra que la que habita en el terreno de la opinión. Comparto que lo de los franceses es lo más logrado.
Pero algo de cierto hay. Si pensamos que a mediados del siglo XIX, mientras que Francia e inglaterra habían tenido sus revoluciones humanisticas (no muy coincidentes con las revoluciones políticas, pero no del todo independientes), Alemania, en tanto que desbordaba de naturalistas y matemáticos de primera línea habia dado casi ningún humanista de nota (Hegel y Kant ya estaban muy demode entonces y Marx, no habia sido canonizado todavía).
Lo típico de Argentina: rosca política berreta disfrazada de pensamiento y ciencia.

Luis Colucci dijo...

No tiene mucho que ver con la entrada, pero recuerdo un cuento (Los juguetes de la paz)del divertido, agudo e infravalorado Saki en que una pareja teme que los juguetes bélicos influyan negativamente en la educación de su hijo y decide regalarle a su hijo, entre otras cosas, un muñequito de John Stuart Mill. No voy a revelar cómo termina usando esos juguetes el niño.

Rubén dijo...

No conozco ese cuento; quiero leerlo ya. Me gusta Saki, aunque creo que prefiero a Roald Dahl. Sobre el tema del post, encontré casualmente estas opiniones de Isaiah Berlin:

UN PUENTE AL CONTINENTE

R.J. ¿Por qué cree que la filosofía francesa se ha visto más atraída por la alemana que por la inglesa?

I.B. A la filosofía francesa siempre le ha atraído la claridad de pensamiento, las pruebas de las teorías e hipótesis y el análisis de los significados en la experiencia. Así era sin duda en la época de Descartes, y de hecho lo fue hasta la aparición de Bergson. En la década de 1930, en parte por la llegada a París de filósofos alemanes refugiados, se volvió hacia problemas existenciales y estilos de pensamiento hegelianos y poshegelianos que, a principios de siglo, Russell y Moore habían apartado efectivamente de Inglaterra.

R.J. ¿Cómo cree que puede establecerse un contacto real entre la filosofía francesa y la inglesa?

I.B. A los franceses, la mayoría de los filósofos británicos (y ciertamente los norteamericanos y escandinavos) les parecen técnicos y faltos de densidad; a los ingleses, la mayoría de los filósofos franceses les parecen opacos e inflados. Me pregunto si llegaría a entablarse contacto, digamos, si se enviara a cuatro filósofos franceses y cuatro ingleses, todos de primer orden, a una isla desierta y se los obligara a hablar al menos durante tres años de asuntos filosóficos. (No me cabe duda de que al principio lo harían; pero para que siguieran adelante pese a los obstáculos habría que persuadirlos.)"

Rubén dijo...

La cita anterior, en

Ramin Jahanbegloo, Conversaciones con Isaiah Berlin, Arcadia, Barcelona, 2009, p. 89-90

Luis Colucci dijo...

Buen aporte el comentario de Berlin, Rubén.
De Dahl no leí nada, aunque he visto algo de lo que se hizo para cine a partir de la obra de él. Claro que no es de la misma generación de Saki, ya que éste murió, siendo joven, el año en que nació Dahl. Evidentemente debe haber una influencia ahí.
Saludos.