viernes, 5 de febrero de 2010

26 DE DICIEMBRE DE 2019

Buenos Aires, 26 de diciembre de 2019

Espectáculos

Sentido homenaje a un artista revolucionario
Se estrenó la esperada película sobre la vida de Sandro

A casi diez años de su muerte, se estrenó en Buenos Aires “Gitano, genio y figura”, la esperada película sobre la vida de Sandro. Se trata de un merecido homenaje a este innovador de la música popular argentina.
Después de años de que los medios y el ambiente artístico relegaran al ídolo a un plano de artista de puro entretenimiento, este film viene a poner las cosas en su lugar. La historia narra los vaivenes de la carrera de Roberto Sánchez desde sus inicios, mostrando los duros comienzos en los turbulentos años sesenta, poniendo de relieve su compromiso con la música y destacando la influencia que ejerció sobre innumerables artistas de su generación y de generaciones posteriores a nivel nacional e internacional. Vaya como ejemplo su influencia sobre Jim Morrison, quien habría comprado el álbum “Alma y fuego”, editado en Estados Unidos en 1966.
Hay en el film escenas memorables, como aquella en la que sus compañeros de banda (Los de Fuego) quieren firmar un contrato con una discográfica internacional ante la indignación del cantante que se retira exclamando: “¡Mi arte no es una mercancía!”.
Resultan también reveladores los bien documentados datos que se aportan para demostrar que Sandro era, aunque muchos lo ignorasen, un artista comprometido políticamente. “Rosa, Rosa” estaría inspirada en Rosa Luxemburgo y sería también un claro homenaje a la trayectoria y militancia del inolvidable Osvaldo Pugliese. Es que la eficacia de sus metáforas para eludir la censura que ejercieron las reiteradas dictaduras militares en la Argentina produjo una de las obras poéticas más sutiles de la canción popular. Asimismo, la equivocada interpretación que se ha hecho sobre algunas de las películas protagonizadas por el astro (denostadas por la crítica, consideradas como cine-basura por los intelectualoides), ha sido acertadamente rectificada en los últimos años por el filósofo José Pedro Freimann que ha descubierto en ellas el contenido oculto que muchos habían ignorado: la reivindicación del joven idealista comprometido que lucha contra el conservadurismo burgués y decadente de los padres de su novia.
Otro punto novedoso y polémico son las alusiones a la despenalización de las drogas que se esconden detrás de su maravillosa lírica. Es verdad que, varios años atrás, Diego Capusotto descubrió el mensaje oculto en la letra de la canción “Dame fuego”, pero cierto es que la película ratifica esta teoría al revelar el origen de aquella otra letra que dice: “Tengo un mundo de sensaciones que te quiero regalar”, que aludiría a un porro que el artista habría regalado a una chica durante su juventud.
El director tampoco elude el compromiso al filmar los terribles momentos en que la salud del genio se deteriora y realiza estas escenas con particular destreza y sensibilidad. La tristemente célebre adicción de Sandro al cigarrillo lleva a que sus amigos intenten convencerlo infructuosamente de que deje el vicio. “¡Salí, careta!”, le grita a uno mientras lo empuja y sale corriendo hacia el kiosco a comprar un cartón de diez paquetes.
En resumen, se trata de un film valiente que no sólo es una fiesta de música y emoción para los fanáticos de la estrella, sino también una profunda reflexión para todo el público sobre el genio artístico, el mundo del espectáculo, el éxito y sus miserias. Imperdible.

Norma Plafón

12 comentarios:

Martín Narvaja dijo...

Ese día, ese año cumpliré 36 años...

El ferretero dijo...

Lo voy a tomar como un chiste

M. Cortés Garabaglia dijo...

Narvaja: Los más anticipados y prósperos augurios para el trigésimosexto aniversario de su nacimiento.
El ferretero: Haga a un lado su suceptibilidad, escudriñe profundamente el texto y reconsidere si mueve a hilaridad.

El ferretero dijo...

Estimado Garabaglia:
no sé qué me quiere decir con eso de que me fije a quién se mueve el texto (más bien, diría, el autor del mismo) pero sé muy bien que detrás de su apariencia igualitaria y generosa se esconde el más profundo resentimiento que usted y todos los pseudointelectual que escriben acá guardan para con el pueblo y su sensibilidad desprejuiciada. Creen que porque leyeron a dos griegos y un francés son mejor que los demás, se creen los dueños de la verdad. Bueno, yo le voy a decir una cosa: no son mejores y por más que adornen su elitismo con palabras raras no me impresionan. Sandro era querido por la gente y ustedes no.

M. Cortés Garabaglia dijo...

Señor El ferretero:
No sé qué opinarán al respecto los demás administradores del blog pero, en lo que a mí respecta, me tiene absolutamente sin cuidado la sensibilidad popular desprejuiciada.
Cuídese y evite la ingesta de bulones.

Roberta dijo...

Terriblemente gracioso.

Digo yo, que soy la Superación de esta discusión: una intelectualoide a quien le importa un comino la sensibilidad popular desprejuiciada pero a quien le gusta Sandro. Sí, le gusta.

Martín Narvaja dijo...

Estimado Ferretero:
Me doy por aludido,
Primero, que me parece que la música de Sandro, buena o mala (a mi un poco me gusta), no tiene nada que ver con que fuera querido (alguien me dijo hace un tiempo, un ídolo popular que no es peronista...). Por otra parte, nosotros somos queridos, no sé si por abstracciones como "la gente" pero al sí por nuestras mascotas y probablemente otros seres vivos.

M. Cortés Garabaglia dijo...

Estimada Roberta (Sánchez?):
No comparto su gusto pero celebro su nivel de Superación.
Un saludo desde aquí abajo.

Luis Colucci dijo...

Narvaja: eso de que le gusta un poco Sandro me huele ligeramente a demagogia. Será que como pertenece a la élite de los filósofos quiere usted ganarse la simpatía de "la gente" para que no lo tilden de intelectualoide?
Dejo un link que viene a cuento. Es un artículo de Caparrós en Crítica Vale la pena leerlo:
http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=35636
Respetuosamente.

Nahuel Briones dijo...

Estaría bueno que El ferretero dejara de lado los prejuicios típicos que se enseñan por Radio y TV:
Ejemplos:
a) A los intelectuales no les quiere nada/ A los "artistas" (entretenimientos en el caso de Sandro) sí.
b) Los seres críticos no son sólo impopulares sino además antipueblo / Los que sin reprochar ni un gramo se dejan llevar (o dejan que los lleven) para el lado del vecino, del panadero, del político corrupto y por qué no del cura pedófilo, no sólo son populares sino que están con el pueblo. Apoyando, reeligiendo a Menem, diciendo que hay que matar a todos los chorros, etc.
c) Los intelectuales que hablan con palabras raras miran desde arriba el gusto del pueblo "porque leyeron a dos griegos y un francés" (claramente ni se le cruzó por la cabeza la idea de que podrían haber leído a Marx o a Eric Hobsbawn, mucho menos a Kafka o a Chejov, y porqué no a Borges) / El pueblo tiene una "sensibilidad desprejuiciada" (me gustaría saber cuántos discos habría vendido Sandro si hubiera sido un hippie pelilargo y, además, negro y comunista)

Su señoría, creo que mis datos son más que contundentes.

Nahuel Briones.

El ferretero dijo...

¡Ah!, disculpe usted señor Briones que además de leer a un francés y dos griegos, conoce la obra de tres judíos, un ruso y un ciego que se hace el piola.
Ya que las cosas se ponen en esos términos yo les voy a enseñar a despreciar la sensibilidad popular. Me voy a asegurar de que esto se sepa para que en las próximas elecciones gane Duhalde y Tinelli comience a transmitir doce horas al día más otras doce horas de programas comentándolo. Vamos a convertir el Colón en un estadio de riña de gallos y vamos a instalar parlantes en todas las esquinas que transmitan rigtones y temas de Calle 13, de Shakira y de Sandro las venticuatro horas.

Nahuel Briones dijo...

Ferretero querido, todo lo que usted nombra pasa, sólo que no se dio cuenta.