Adelanto del álbum solista de Luis Colucci, cuya descarga estará disponible en breve en bandcamp.com
http://luiscolucci.bandcamp.com/
Luis Colucci: Bajo, guitarra eléctrica, sintetizadores, programación de batería y composición.
composicionyarreglos.blogspot.com
A la fe, esto no nace de falta de habilidad, sino de sobra de pereza y penuria de discurso.
lunes, 28 de octubre de 2013
martes, 22 de octubre de 2013
SEXTA CHARLA DEL CICLO
CHARLA CON MARÍA LIGHTOWLER
JUEVES 31 DE OCTUBRE, 19 HS.
ENTRADA GRATIS
Microcine del Instituto de Profesorado del Consudec
ESMERALDA 759
Estudió en la Universidad del Museo Social Argentino, obteniendo el título de Licenciada en Museología en 2004. Simultáneamente asistió a la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”, egresando con el título de Profesora Nacional con especialización en Pintura en 2004.
Trabajó en varios museos de la Ciudad de Buenos Aires y del interior del país, como Malba - Fundación Costantini, en el Área de Registro y Documentación y fue curadora de la exposición inaugural del Museo de Arte Marino de Ushuaia (ex presidio), donde también estructuró el archivo curatorial y de actividades de la institución. Desarrolló tareas de coordinación y gestión en galerías de arte contemporáneo, como Juana de Arco y Bacano, entre otras.
Fue profesora en el Centro Cultural ´Ricardo Rojas´ (UBA) entre 2008 y 2012, y en el Extension School de la Universidad Argentina de la Empresa. Área Arte Contemporáneo (UADE), hasta marzo de 2013.
Actualmente dicta clases en la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA) donde es Docente Adjunta en la materia Didáctica de museos de la carrera de Museología y Docente Adjunta de las materias Diseño de Guión curatorial y museográfico I y II de la carrera de Historia del Arte y Curaduría, y en la Universidad de Palermo, dicta Taller Editorial I, de la licenciatura en Fotografía.
Además ejerce la docencia en centros privados y grupos particulares.
Exhibe su obra regularmente participando en exposiciones colectivas y realizando exhibiciones individuales desde 2004.
Coordinó entre 2009 y 2013 junto a su socia Herminda Lahitte, Central de Proyectos, una productora de contenidos culturales y plataforma para la difusión y gestión del arte contemporáneo argentino.
En la actualidad se encuentra a cargo del Área de Producción de Exposiciones en el MACBA – Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, y lleva dirige Lluvia, oficina de curaduría, gestión cultural y formación de manera independiente.
jueves, 17 de octubre de 2013
Perderse era una fiesta
En
1923, una valija llena de papeles es robada en la Gare de Lyon. En
ella se encontraban la todos los escritos literarios que Ernest
Hemingway había escrito hasta la fecha. Todos excepto dos. Uno de
ellos estaba en el correo, volviendo rechazado y con correcciones de
la oficina de un agente literario. El otro se encontraba en cinco
cuartillas en los estantes de la chambre de bonne que el futuro
novelista rentaba y compartía con su primera esposa en Paris.
Esos textos no tenían valor. Los posteriores son demasiado conocidos. Más
interesante es la historia de los papeles perdidos.
Y hay que imaginar
la decepción de los ladrones al abrir la valija y encontrar una pila
de manuscritos, páginas mecanografiadas con correcciones y copias de
todo en carbónico. Y como si fuera poco, ni siquiera en francés,
sino en uno de los dos lenguajes más despreciables e ignominiosos
para cualquier francófono, inglés (el otro es, naturalmente, el
alemán).
Pierre y Aurelien, llámense así , se miraron y supieron
que el día estaba perdido; pensaron incluso en caminar los
seiscientos metros que los separaban de la Gare y devolver la valija
y lo hubieran hecho de no ser tan pesada. El papel era inservible, el
carbónico producía un humo pestilente que impedía aprovecharlo
como combustible y el papel era demasiado áspero para oficios más
íntimos. Quizás sería posible cambiarlo a 7 francos el kilo, pero
llevarlos hasta la rue Montaigne bajo la nieve no valía el esfuerzo.
Entonces el pragmatismo. Tres cuentos sirvieron para conos de maní tostado y un artista
utilizó los retazos de una primer novela inconclusa como parte de un
colage que no puede verse hoy y habita uno de los subsuelos del Museo de
Orsay. El resto fue hecho papel picado y cubrió dos veces las calles
de París pocos años después: primero para festejar la entrada de
los alemanes, al ritmo de la marcha de San Lorenzo y luego para
recibir a los veteranos republicanos de la guerra civil española, la
campaña de Africa e innumerables batallas.
A no ser por la emoción
del momento, algunos de los civiles y liberadores podrían haber reconocido la letra
manuscrita de Ernst, que ya no esperaba recuperarlos y se ocupaba de liberar el bar del hotel Ritz, cuna del Bloody Mary.
Y eso le pasa a los borradores. Y ahí está el infinito poder entrópico del universo para comerse a nuestros hijos, como Cronos, como un canibal, como quien clava la biblia al lado de un calefon y se entrega a la inútil escatología. Eso sí, todo muy griego y heroico.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)